Los padres del adolescente electrocutado en Los Quebrachitos denunciaron abandono ante la falta de respuestas de la institución escolar. Distintas versiones sobre las responsabilidades y la propiedad del lugar donde murió Julián.
Publicado en La Unión Regional
Graciela y José no entienden nada. El dolor de perder un hijo lo agrava la incertidumbre causada por la falta de respuestas claras y concretas de qué ocurrió con Julián.
El viernes 4 de noviembre recibieron la peor noticia de un momento a otro, cuando menos se lo esperaban. Ese día, a las 15:30 golpearon la puerta de su casa en barrio Matienzo. Graciela atendió y le dijeron que del colegio pedían hablar con algún familiar. Lo primero que pensaron fue que Julián se había mandado un ‘macanazo’. “Me hacen entrar al despacho del director y lo único que me dice: ‘Julián ha sufrido un accidente, murió electrocutado. Pum, así nomás’”, relata el padre conmovido.
Ante el desconcierto y sin ningún tipo de compañía, salió del colegio para avisarle a su esposa. Después de contarles a ella y su otro hijo la triste noticia, decidieron salir hacia Cabana. Volvió al colegio junto a su hijo para pedir más información pero la policía le impidió el paso. Después de insistir logró pasar pero no obtuvo mayores detalles.
Su hijo Julián, de 17 años, había participado de un retiro junto a sus compañeros del Instituto Nuestra Señora de Fátima en la Villa Don Bosco de Cabana. Cuando llegaron allí a bordo de un remis, encontraron la ambulancia de Policía Judicial donde estaba su hijo. Personal de bomberos y de la policía local lo pararon para que no vea el cuerpo y trataron de tranquilizarlo. En el lugar, estaban los compañeros y personal del colegio. “A mí me frenan unos 50 metros antes y nadie viene del colegio. En eso, sale la ambulancia, la veo pasar y estoy dos minutos más y nadie se arrima”, añade Crino indignado.
Realizó los trámites para poder reclamar el cuerpo y se volvió sin ningún tipo de contacto por parte de la escuela, que hasta hoy nunca se comunicó para brindar explicaciones ni ante la consulta de los medios. “Una versión oficial no tengo. El único que me tendría que dar una es el colegio”, exclamó.
Reconstruyendo los hechos
Cuando Julián iba al final del contingente que circulaba bordeando el arroyo, estaba con dos compañeros que también recibieron una descarga, pero fueron más leves. La versión que manejan los Crino es la que armaron con los testimonios de esos jóvenes. “Inclusive muy limitadamente porque el colegio ha tenido la habilidad también de amenazarlos, de decirles que no hablen”, denunció.
Dicha versión señala que ellos venían caminando, “que Julián aparentemente se resbala y se toma de una rienda que sostiene el poste, que no sé bien si se toma o él atropella la rienda porque venía caminando, mirando hacia abajo porque estaba en mal estado el lugar, muchas piedras, muchos pozos” añade.
Entre el poste y el tensor que lo sostiene, que está atado a una piedra, corre una acequia que provee de agua a los vecinos. Por el borde de dicha acequia es que habrían caminado Julián y sus compañeros al momento de la tragedia.
El primero en llegar al lugar fue el servicio de emergencias local. Posteriormente llegaron los bomberos, quienes habían recibido un llamado de la comisaría local pidieron colaboración para separar el cuerpo del cable. “Pero no fue así porque ya lo había soltado el tensor eléctrico, lo cual el servicio de emergencias, cuando hizo maniobras y no lo pudieron sacar, automáticamente lo ponen dentro de la ambulancia para que la escena tampoco sea espantosa” comentó Alberto Cano, Jefe de los Bomberos Voluntarios de Unquillo.
Roque Argañaraz tiene su vivienda a unos cien metros de donde está el poste y se encarga de cuidar el campo que se encuentra cruzando el arroyo por el que caminaba el contingente. Argañaraz aclaró que en el grupo había doctores matriculados. “Hicieron todos los primeros auxilios, gente muy profesionales. El que llega después es el CEC pero el chico ya no estaba con vida. Después llegó la policía, bomberos. Se hizo todo lo que tenía que hacer”, expresó.
Nadie es responsable
El 7 de noviembre EPEC brindó un comunicado señalando que “se constató que el accidente se produjo dentro de una propiedad privada, por lo que ninguna responsabilidad a título alguno le cabe a la Empresa Provincial de Energía de Córdoba”, y aclararon que las autoridades de la empresa se dispusieron a colaborar con la justicia.
Este es uno de los puntos clave, ya que hay distintas versiones. Para algunos el lugar es un pasaje público y otros sostienen que es un terreno privado. “Todo ocurrió en el rio, no es que ocurrió en una propiedad privada, todo en vía pública”, resaltó Argañaraz desmintiendo las versiones. Al cierre de esta edición, desde la Municipalidad de Unquillo no habían respondido al pedido de este medio indicando si el poste se encuentra en una propiedad pública o privada.
Unos días más tarde, desde Don Bosco también emitieron un comunicado aclarando lo señalado por algunos medios de comunicación. “Visto el tenor de algunas informaciones difundidas por los medios y ante los numerosos llamados y preguntas recibidas por nuestra institución, tenemos el derecho y el deber de aclarar que ese lamentable accidente no se produjo dentro de nuestra casa ni de nuestra propiedad. Para nosotros es importante expresarnos al respecto, porque todas nuestras instalaciones están debidamente habilitadas y todo el predio recibe el mantenimiento necesario de modo que preste el mejor servicio posible a quienes se acercan a nuestra casa”, expresaron.
Si bien los Crino reconocen que puede haber responsabilidades compartidas, en primer lugar apuntan al colegio, por lo que decidieron presentarse como querellantes particulares con el patrocinio del abogado Carlos Nayi ante la fiscalía de turno 4 distrito 4 dirigida por Liliana Copello.
“Para mí me lo mataron, eso se podía haber evitado totalmente. Yo me la agarro con el colegio porque se lo di vivo. Si tenían estipulado hacer esa caminata, ¡Como no vas a controlar donde vas a llevar 90 adolescentes con todo lo que eso implica!”, exclamó Crino.
En declaraciones a Cba24N, Nayi expuso que “habrá que determinar si esa rienda que sostenía el poste estaba dentro de la órbita de EPEC, de la Provincia, si era una conexión clandestina, que no lo sabemos porque nadie ha hablado desde el colegio. Lo que sí está acreditado es que fallaron los mecanismos de cuidado, de vigilancia, de control y esto tiene un nombre para la ley: homicidio culposo”. En los últimos días la Fiscalía había citado a los testigos a declarar.
Lo que dejó la muerte de Julián
En diálogo con Radio Nativa, Oscar Cozzani, miembro de la Comisión de Asesoramiento y Control de la Reserva Los Quebrachitos expresó que tomaron conocimiento del hecho por Juan Spicogna, el director propuesto para la reserva que todavía no ha sido nombrado por el Ejecutivo. “La gente que estaba en el lugar lo primero que hizo fue llamarlo, creyéndolo responsable ya hoy de la reserva”, expresó. Desde la comisión dieron aviso a las autoridades municipales.
“Hay otras situaciones de riesgo que no han sido atendidas por EPEC que se han reclamado desde que yo recuerdo, hace más de un año”, mencionó Cozzani, citando como ejemplo los cables de alta tensión que se ubican a escasos metros de altura sobre el arroyo Las Ensenadas o los cables pelados del tendido eléctrico dentro de la reserva.
En ese sentido, los vecinos sostienen que la puesta en función del director aportará mayor control en la zona. “Lo lamentable es que tengan que ocurrir estos hechos para que nos movilicemos y tomemos conciencia de los riesgos de algunas situaciones que nos hemos acostumbrado a tomarlas como cotidiano”, exclamó.
Desde la comisión se mostraron preocupados por las condiciones de seguridad en el territorio de la reserva.
“Hay demasiadas visitas los fines de semana sin ningún tipo de control y de registro para las actividades, eso es algo de lo que los vecinos nos tenemos que ocupar”, declaró Noel San Martin, miembro de la comisión, aunque reconoció que el municipio está bastante atento y hay buena predisposición ante los reclamos.
Por otro lado, Juan Spicogna reflexionó sobre las responsabilidades en torno a las salidas escolares. “Quizás este caso sea el motor de analizar nuevos protocolos de salida y establezca responsabilidades y compromiso de parte del Estado y sus instituciones”, acotó.
El marco de Eric 